jueves, abril 09, 2020

Teletrabajo, teleestudio... Ejercicio 5

Ahora que debemos estar confinados en casa y sustituimos las actividades cotidianas al estricto ámbito doméstico es cuando se nos plantean varias preguntas y es buen momento que intentemos responderlas.

A cada uno de nosotros nos está tocando sustituir nuestra actividad habitual fuera del hogar por la realización de la misma actividad, pero dentro de casa (o si tienes terraza o jardín, en estos limitados espacios exteriores). A unos nos toca teletrabajar, a otros teleestudiar, a otros teledirigir y coordinar, a otros televigilar; y así muchas otras tareas que se puedan realizar desde casa, que serán varias, pero limitadas al sector servicios.

A mí me ha tocado teletrabajar en la teleenseñanza con mis telealumnos en esta teleescuela por medio de este telecuaderno o telepizarra o teleclase.
Siempre se ha comentado la posibilidad del teletrabajo como una liberación de la esclavitud de los horarios, la liberación de las prisas por llegar a tiempo para fichar, como fuente de placer casi al reducir el estrés, elemento de eliminación de la contaminación, la reducción del consumo de tiempo, gasolina y dinero, y no sé cuántas cosas más. 
Se supone que se ganaría en autonomía personal y se organizaría mejor el trabajo y el tiempo.
Teletrabajo, teletrabajo, teletrabajo parece que pediríamos todos como el remedio a todos los males de este siglo XXI desquiciado, veloz e individualista.
Pues bien, he llegado al convencimiento tras estos tiempos de reflexión durante el confinamiento, de que el teletrabajo no puede ser la sustitución al trabajo en un espacio externo al hogar. Y paso a desarrollar la reflexión.
En primer lugar, creo que, aunque se puedan realizar tareas en casa, es conveniente separar los ámbitos laboral y doméstico. Cierto es que ha habido trabajos que se desarrollaban en el mismo edificio, esto es: la tienda, el almacén, el despacho o el taller e incluso la cuadra del ganado se encontraban en la planta inferior y en la superior estaba el hogar.
Ahí quiero llegar. Unas eran las dependencias laborales y otras las profesionales. Y eso sí que era casi teletrabajar; no es un invento moderno. Pero el hecho de que hubiera un tabique que separase los dos espacios ya hacía que se diferenciasen los dos ámbitos humanos. Porque si trabajas en el salón de casa, en una habitación o en otro lugar, sigues estando en casa, invadiendo un espacio que no es el productivo; en todo caso el reproductivo. El hogar es el ámbito del descanso del faenar, el lugar de encuentro tras la tarea, el ámbito de la intimidad.
En segundo lugar, el teletrabajo en casa y desde casa supone un ejercicio de "estar en misa y repicando las campanas" como dice el refrán; esto es, que no se puede estar a dos cosas a la vez, pues no haces bien las dos tareas. Se puede estar dando saltos de una tarea a otra, pero sin el pleno rendimiento de realizar ambas tareas satisfactoriamente. Te quedas a mitad de texto, controlas el puchero que tienes al fuego, realizas alguna tarea extra de casa, retomas el texto, pero no sabes por dónde ibas ni qué tenías que añadir, etc.
Imagino que a los alumnos os pase lo mismo, solo que ahora el horario de clase se ha ampliado y no tengáis manera de terminar tantos deberes como os mandan los profesores. Claro que es uno solo, pero multiplicado por cada profesor y por el infinito tiempo que lleva realizar cada ejercicio.
En último lugar, como reflexión general, creo que debemos volver a los ritmos de la naturaleza, que con el teletrabajo nos olvidaremos y nos convertiremos en una herramienta más. Con el teletrabajo dejaremos de sentir el cambio de las estaciones, no apreciaremos la caída de las hojas, la llegada del frío, el soplo del viento sur o el brotar de las flores en el campo. Desaparecerá el hábito de quedar a tomar el vermú tras la jornada laboral o ir a tomar un café de descanso. Nuestro encierro en casa nos haría más insociable y huraños, y nos aislaría del mundo y de las personas.
Por esto y porque la vida está fuera de los muros de la casa y de la pantalla de cualquier ordenador, no creo que el teletrabajo sea el sustituto del trabajo en el exterior.
Quizás otro día trate sobre la enseñanza en casa o teleenseñanza. Ahí hay mucho que decir.

3 comentarios:

Alejandra dijo...

Pues a mí el teledeberes no me está gustando nada,es más,creo que es más fácil suspender,puesto que no es lo mismo que en clase el profe te ayude en dudas que surgen en el momento que el que te busques la vida y cometas más errores. Un saludito Antonio.

Ankh Blueberry dijo...

Hola Antonio. Estoy de acuerdo contigo, en casa me cuesta mas distribuir el ocio y las tareas de estudio y ha habido días en los que me he hecho tal lió en la cabeza que ya no sabia ni que hacer ni cuando.

sergio dijo...

Estoy de acuerdo Antonio, no es cómodo pero es la realidad.