jueves, marzo 01, 2012

Didáctica con la literatura

Como el uso de las preposiciones tiene gran importancia en la acertada expresión lingüística, he querido sustituir una por otra para crear un nuevo efecto. Con esta entrada quiero recuperar la importancia que tiene la literatura como vehículo de enseñanza. Y de toda la literatura, la que se ha considerado la más oportuna para este fin (dejando a un lado los refranes, sobre los que volveré), es la fábula.

Tuvo la lectura de fábulas gran uso en los textos escolares, aunque, tal vez, se pecó antaño de cierto adoctrinamiento moral y religioso. Quitando este hecho, la fábula, como portadora de enseñanzas para la vida, siguen, y lo seguirán, siendo una herramienta imprescindible para la enseñanza. 


No solo buscamos aprendizajes útiles para la vida, tanto en las relaciones humanas como en las experiencias diarias en diversas circunstancias. También su lectura nos permite aprender a realizar comentarios métricos, conocer la estructura de los textos, ampliar el vocabulario, conocer nuevas estructuras sintácticas, así como desarrollar la comprensión lectora desde las etapas más tempranas y en toda clase de personas, aun con escasa alfabetización o dificultades en la competencia lectora.



Desde esta entrada le invito a leer las fábulas más conocidas, desde las más antiguas de Esopo hasta llegar a los autores españoles del siglo XVIII más importantes como Iriarte y Samaniego. Aunque se pueden añadir otros nombres.

Espero que disfrutéis de la lectura y que aprendáis con los protagonistas de estas historias, animales que se parecen a cualquiera de nosotros. Solo hay que ponerles cara y nombre.

Después de tanto buscar textos para animar a la lectura, resulta que volvemos a los clásicos, que nunca nos abandonan. Ya me diréis si habéis aprendido mucho o no.