domingo, diciembre 19, 2010

Nostalgia de los libros


Contradictorio es que hable de la nostalgia de la lectura en libros impresos en papel, y recurra a la pantalla para decirlo con la esperanza de que alguien me lea.
Leer supone desentrañar el sentido interno de palabras, expresiones y textos, pero hay tantas lecturas como lectores. Si dejamos de lado la idea del lector ideal, y nos centramos en la lectura ideal, esta solo se puede dar en el libro impreso con tinta y sobre papel. No es lo mismo leer en la pantalla que en la hoja; aquella es más reflexiva, esta más informativa. Aquella nos habla (de fabla = fábula), esta nos dice.
Los cinco sentidos los tenemos puestos en el libro encuadernado, y lo vais a comprobar.

Tacto. La primera sensación que tenemos en el momento de tocar un libro es la de calidez, grosor, peso y suavidad. Acariciar un libro es como acariciar una piel, una mano, una espalda o el pelo. Claro que estoy personificando en el libro cualidades humanas.
Olfato. Los libros huelen, como cualquier cosa viva; humedad, perfume del papel o de la tinta.
Oído. Hay dos sinfonías en la lectura; la del texto y la de las páginas al pasar, suavemente o con vigor, haciendo crujir las hojas o que estas vuelen imperceptiblemente.
Vista. ¿Qué decir de la belleza del libro en sí (el objeto más perfecto creado por el ser humano) sin entrar a comentar las ilustraciones, dibujos, mapas, fotos, grabados; o el diseño de la portada, la elegancia de la encuadernación o la tipografía empleada?
Gusto. Aunque sea fea costumbre chuparse un dedo para pasar las páginas de los libros, también estos se degustan, en la lectura. Por eso podemos decir, cuando encontramos un buen libro, "me voy a dar un gustazo".

Tomando prestado a Lope de Vega la siguiente cita, por supuesto descontextualizada (¿o no?), quien lo probó, lo sabe, os invito a que leáis. Dad rienda suelta a vuestros sentidos.

martes, mayo 04, 2010

Santander capital europea de la cultura




















La ciudad de Santander aspira, junto a otras ciudades españolas, a ser designada capital europea de la cultura.

Este hecho nos permite abrir un debate interesante sobre este tipo de elecciones. Sin pretender quitar o poner méritos a ninguna de las ciudades que aspiran a la candidatura, que no es el objeto de esta entrada, quisiera que reflexionásemos sobre esto, para lo cual planteo varias preguntas que quisiera fueran respondidas en los comentarios.

¿Cómo y quién decide la capitalidad europea de la cultura?
¿Qué méritos ha de aportar o reunir la ciudad para ser elegida?
De ser elegida la ciudad, ¿qué beneficios le aporta, tanto culturales como económicos o sociales?
¿Merece la pena tanto esfuerzo e inversión para ser pronto olvidada, como muchas otras que lo han sido?
¿La capital europea de la cultura es elegida por las características culturales que aporta o por las que aportará?
¿Puede su elección ser un motor cultural para el futuro de la candidata y su provinvia o comarca?
De ser elegida, ¿supondrá eso una mejora en la cultura, educación, formación, etc. de sus habitantes?
Todas estas preguntas y muchas más que se os puedan ocurrir tienen cabida en esta entrada. Espero que la participación sea representativa de las diversas opiniones, o como se dice ahora, de los diversos sentires.